domingo, octubre 26

{ El se desliza y me atropella y aunque a veces no me importe, sé que el día que lo pierda volveré a sufrir por el, que aparece y que se esconde, que se marcha y que se queda, que es pregunta y es respuesta; que es mi oscuridad, mi estrella. El me peina el alma y me la enreda; va conmigo pero no sé dónde va. Mi rival, mi compañero, que está tan dentro de mi vida y a la vez está tan fuera: sé que volveré a perderme. Y lo encontraré de nuevo pero con otro rostro y otro nombre diferente y otro cuerpo pero sigue siendo el, que otra vez me lleva, nunca me responde; si al girar la rueda... El se hace frío y se hace eterno, un suspiro en la tormenta, a el que tantas veces le cambió la voz; gente que va y que viene y siempre es el que me miente y me lo niega, que me olvida y me recuerda. Pero, si mi boca se equivoca. Pero, si mi boca se equivoca y al llamarlo nombro a otro. A veces siente compasión por este loco, ciego y loco corazón. Sea lo que quiera Dios que sea mi delito es la torpeza de ignorar que hay quien no tiene corazón y va quemando, va quemándome y me quema... ¿Y si fuera el? El me peina el alma y me la enreda va conmigo (digo yo). Mi rival, mi compañero, ese es el pero me cuesta cuando otro adiós se ve tan cerca y lo perderé de nuevo, y otra vez preguntaré mientras se va y no habrá respuesta- Y, si ese que se aleja... El que estoy perdiendo... ¿Y si ese era? ¿Y si fuera el? Sea lo que quiera Dios que sea mi delito es la torpeza de ignorar que hay quien no tiene corazón y va quemando, va quemándome y me quema... ¿Y si fuera el? A veces siente compasión por este loco, ciego y loco corazón. ¿Era? ¿Quién me dice si era el? Y, si la vida es una rueda y va girando y nadie sabe cuándo tiene que saltar y lo miro... Y, ¿si fuera el?. }